Skip to main content

¡Sí, mi comandante!

Conmovido por el testimonio de Mario, quien en otra época estuvo bajo su mando, Eliécer se da cuenta por primera vez de que como Comandante de las autodefensas de Colombia no solo causó daños irreparables a la sociedad civil sino que también cambió para siempre las vidas de sus subalternos, a quienes obligó a cumplir órdenes para asesinar a otros a sangre fría.

Ir al contenido