En desarrollo de operaciones militares en el marco del Plan Patriota y de la política de Seguridad Democrática se dio un patrón de hostigamiento y persecución hacia la población civil considerada base social de las FARC-EP, bajo una estrategia que buscaba romper el tejido social y la psiquis de los individuos. En los lugares en los que la estigmatización histórica a la tradición comunista se daba con mayor fuerza, hubo intensidad en el señalamiento de ser integrantes de las bases sociales y políticas de la guerrilla.