Mientras la balanza de la guerra empezaba a inclinarse en favor del Estado, estalló uno de los escándalos más graves sobre violación a los Derechos Humanos por parte de las Fuerzas Militares en su historia. En 2008 se conoció el caso de 19 jóvenes del municipio de Soacha y de la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá, que habían aparecido en una fosa común en Ocaña, Norte de Santander, tras ser ejecutados y presentados como guerrilleros muertos en combate por parte del Ejército.