Este corredor está conformado por dieciséis municipios como Corinto, Toribío, Jambaló, Suárez, entre otros, en el norte del Cauca y Timbiquí y López de Micay en el Pacífico, en los cuales hay presencia de 42 consejos comunitarios y 18 resguardos indígenas de los pueblos Nasa, Misak y Eperara Siapidara. Algunos miembros de las Kumpañy Cúcuta, Girón, Pasto, Sabanalarga, Sahagún, San Pelayo, Tolima y las organizaciones Prorrom y Unión Romaní de Bogotá, itineraban por los municipios de este corredor.
Antes del conflicto las comunidades sufrieron pérdidas del territorio por la llegada de proyectos de desarrollo como la hidroeléctrica La Salvajina y los cultivos de caña.
Las dos economías que convirtieron a esta subregión en un corredor estratégico fueron la minería ilegal y el narcotráfico, pero antes ya era una zona histórica de retaguardia para las guerrillas del ELN, EPL, M-19 y FARC, que violentaron a las poblaciones locales.
En los años sesenta se empezaron a configurar las primeras agrupaciones guerrilleras, como el Bloque Sur de las FARC y el EPL. Para 1977, el Movimiento 19 de Abril (M-19) se posicionó en la zona, lo que contribuyó a la posterior conformación del Movimiento Armado indígena Quintín Lame (MAQL).
En 1982 el ELN incursionó en el Pacífico caucano con la columna Milton Hernández hacia el Alto y Bajo Naya, donde cobró extorsiones a empresas madereras.
A finales de la década de los ochenta se consolidó en esta región la presencia de los frentes 30 de las FARC-EP y José María Becerra, del ELN.
Este fue el punto de quiebre que configuró a la zona como corredor estratégico para el ingreso de armas, víveres y provisiones, sin dejar de ser zona de retaguardia para los actores armados.
A partir de 1993, llegó la Columna Jacobo Arenas de las FARC-EP a los municipios del Norte del Cauca para fortalecer los frentes y aportar al crecimiento de los cultivos de coca, el narcotráfico y el tráfico de armas.
A mediados de los noventa el río Naya -que tiene salida al Pacífico- se convirtió en una vía fluvial estratégica para el narcotráfico. A partir de los 2000 llegó el Bloque Calima de las AUC, que se posicionó a través de masacres para controlar la coca y la minería.
La disputa por el control del corredor sigue vigente hasta hoy con la presencia del ELN, el EPL y las disidencias de las FARC-EP Jaime Martínez, Dagoberto Ramos y la Segunda Marquetalia.