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Región Amazonía

CAPITULO IV

Las nubes saben. Vieron cómo llegaron de a poco las guerrillas y los narcotraficantes. Vieron primero al M-19, que conformó el Frente Sur y centró sus acciones en Putumayo y Caquetá. Vieron la sangre del asalto a Mocoa el 11 de marzo del 81 y del ataque a Florencia en marzo del 84. Las nubes esperan. Vieron descender el avión de carga de la Compañía Aeropesca de Medellín sobre el río Orteguaza. Sintieron tristeza cuando escucharon que el M-19 obligó a los indígenas korebajú a descargar las armas que venían dentro del avión. Allí estaba la familia de Timoleón Piranga. A esta acción se le llamó la Operación Aeropesca. Las nubes sienten. Semanas después vieron cómo Timoleón y su familia fueron maltratados por el Ejército por ser obligados a ayudar a esta guerrilla. Vieron cómo su comunidad quedó cercada por bases militares en Putumayo, San Vicente del Caguán y Caquetá. Timoleón, su esposa e hijos buscaron en la naturaleza alguna respuesta porque sabían que desde la naturaleza se conocen las normas del dios supremo. Por eso, dice Timoleón, el sabedor hace uso del yagé y del mambe. Sin embargo, sienten que la guerrilla y las Fuerzas Militares están invadiendo el territorio.

Las nubes están siempre ahí. Vieron a las FARC entrar años atrás al Caquetá y ubicarse en las riberas de los ríos Pato y Guayabero. Luego de 1982 y de su Séptima Conferencia se extendieron hacia el sur. Las nubes observaron el miedo en los ojos de la familia de Timoleón, en los de los habitantes del Putumayo que vieron llegar al frente 32 y también en los de los pobladores de San José y El Retorno, en el Guaviare, que sintieron sus pasos en la segunda mitad de los 80. Las nubes también son agua. Por eso, conocen el recorrido de los ríos que se mueven como anacondas. Supieron que al Vaupés las FARC llegaron a través del río del mismo nombre y que lo hicieron con el Frente Primero. También que llegaron al Guainía y al Vaupés por el río Guaviare.

Profundización

Contenido cualificado que amplía la temática.

Las farc y el pueblo Carijona

Las gotas de lluvia que descienden de las nubes forman corrientes. Y la presencia de las guerrillas en la Amazonía también produjo un cambio fuerte como la corriente de un río grande. El M-19, el EPL y las FARC empezaron a ser reguladores del mercado del narcotráfico y más tarde trabajaron como guardias de los laboratorios y controlaron su comercialización, a través de impuestos y vacunas. Las guerrillas crearon corredores en el piedemonte, la llanura amazónica, la frontera con Ecuador y los ríos Putumayo, San Miguel y Guamuez. El río Guaviare también se transformó: empezó a ser un corredor que vio la expansión de las FARC hacia el oriente. Como la familia de Timoleón, muchas otras sufrieron la llegada de esta guerrilla: familias de los cubeo, wanano, desano, tucano, carapana, cabiyari, taiwano, tatuyo, siriano, yurutí, barasano, bara, macuna, yurutí-tapuya, piratapuyo, macú, tariano y curripaco.

Las nubes observan. Vieron cómo los cultivos de coca fueron expandiéndose por Putumayo, Caquetá y Guaviare. También vieron que las FARC llegaron diciendo que estaban ahí para poner orden… mientras trabajaban de la mano de narcotraficantes como Leónidas Vargas y Evaristo Porras que, desde finales de los 70, ya tenían una red que proveía cocaína al Cartel de Medellín. Las nubes sospechan. Saben que los narcotraficantes empezaron a proteger sus negocios con una estructura que se hizo llamar Muerte a Secuestradores o los Masetos. Llegaron en 1987 a la Amazonía de la mano de Vargas y Rodríguez Gacha. Luego se dedicaron a controlar la economía del tráfico y producción de drogas. Las nubes tienen razón. Sabían que la repartición de las rentas del narcotráfico entre los Masetos y las FARC no iba a salir bien. Vieron los enfrentamientos que tuvieron, como el de la vereda El Azul en 1988. Las nubes fueron testigos de la venganza que vino después: acciones conjuntas entre las FARC y el EPL, que ya estaba en la zona desde los 80. Fue a partir de entonces que los Masetos se unieron a la cruzada anticomunista que abanderaba el Estado y que contó con el apoyo de ganaderos y de las fuerzas militares. A los Masetos se unieron las autodefensas de Puerto Boyacá. De nuevo, las nubes y los habitantes del territorio vieron la lluvia de sangre que esta batalla trajo. Y aunque las FARC derrotaron militarmente a los Masetos, éstos siguieron en los centros urbanos.

Las FARC con los narcotraficantes hicieron que a los militantes de la UP se les considerara como insurgentes y que, en consecuencia, a finales de los 80, sufrieran ataques, desapariciones y asesinatos. Las nubes escuchan. Saben que en la Operación Cóndor del 85 y en los Planes Baile Rojo y Esmeralda de la Fuerza Pública se ejecutaron acciones para asesinar y secuestrar militantes de este partido. También escucharon, como lo hizo Gabriel López, que se decía que los Masetos estaban haciendo escuadrones de la muerte para acabar con líderes y activistas de la UP, muchas veces con apoyo de las autoridades y la SIJIN. Las nubes también dejan ver la luz. Sobrevuelan la Amazonía dejando que el sol entre a las chagras. A veces, ellas saben, todo se oscurece, pero siempre queda un rayo de luz. Y saben que esa luz llegó a través de los primeros pasos de la política amazónica, que se empezaron a dar en esta época. Para la familia de Timoleón y de los López, la luz tardaría un poco más en llegar.

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  • De región olvidada, la Amazonía pasó a ser objeto de inmigración y colonización. Primero llegaron por la quina, después por el caucho, luego por el petróleo. Los indígenas fueron esclavizados; su cultura, violentada; la selva, deforestada. Ir al capítulo

  • La reforma agraria de los 60 impulsó la llegada a la Amazonía de campesinos sin tierra. El Estado también fomentó megaproyectos petroleros. La presencia militar aumentó. Ello afectó el entorno natural y la cultura de los habitantes originarios. Ir al capítulo

  • El de Chicoral fue un pacto con un impacto nefasto para los campesinos de la región. Los paros y manifestaciones fueron reprimidos bajo el amparo del estado de sitio y del Estatuto de Seguridad. Muchos no vieron otra salida que cultivar coca. Ir al capítulo

  • A comienzos de los 80, guerrilleros y narcotraficantes se extendieron por ríos y selva. Pulularon las bases militares. La población quedó atrapada entre la violencia. Pero en 1988 se abrió una flor: el resguardo indígena Predio Putumayo. Ir al capítulo

  • Durante los 90, campesinos e indígenas sufrieron la embestida de todos los actores del conflicto. Las Farc crecieron con el despeje del Caguán. Empezó a llover glifosato. La comunidad resitió con las marchas cocaleras y creando nuevas asociaciones. Ir al capítulo

  • Al terminar la zona de despeje y llegar la Seguridad Democrática, las FF. AA. arreciaron su acción y debilitaron a las Farc. En medio del fuego, campesinos, afros e indígenas reforzaron su organización, en especial tras la demovilización de las AUC. Ir al capítulo

  • El Acuerdo de Paz con las Farc abrió esperanzas en la Amazonía con iniciativas como los ETCR y los PNIS. Sin embargo, atraídos por el narcotráfico y la minería ilegal, irrumpieron disidencias de las Farc y nuevos grupos paramilitares. Ir al capítulo

  • SIN INTRO Ir al capítulo